Con tan solo seis capítulos este nuevo documental de Netflix deja claro que la vida nos puede cambiar en un día, tal como le sucedió a Georgina Rodríguez, cuando conoció a Cristiano Ronaldo hace cinco años mientras era empleada de una tienda Gucci en Madrid.

“Fue un jueves de verano. Trabajaba en Gucci. Me tocaba salir a las 5 y me llamó un compañero que me quedara media hora más para atender a una clienta. Cuando estaba saliendo de la tienda apareció un hombre guapísimo de casi dos metros acompañado de un niño y de un grupo de amigos. Guapísimo. El niño me saludó muy educado y se rió. Empecé a sentir cosquillas en el estómago. Y pensé: ¿Qué me pasa? No quería ni mirarle, tenía mucha vergüenza”.
Este documental muy bien producido, logró el objetivo, el de mostrar a Georgina más allá de lo que la gente ve en su cuenta de Instagram donde tiene más de 30 millones de seguidores, siendo ella la protagonista y no su famoso novio.
“Mi documental viene luego”, dice Cristiano en un instante de los créditos finales.
El reality cuenta con los testimonios de su círculo más cercano, incluyendo el del astro portugués claro está, y sirve para apreciar la sencillez de la modelo argentina-española en su día a día y lo agradecida que está con cada una de las personas que han estado en su vida.
“Se lo que es tener nada y se lo que es tener todo”, dice Georgina.
Antes de conocer al delantero del Manchester United, Georgina llevaba una vida común y corriente como cualquier persona, incluso se iba en autobús al trabajo.
“Él venía después de trabajar a recogerme. Venía en Bugatti a veces. Mis compañeros alucinaban. Yo llegaba en autobús y me iba en Bugatti…”.
Si bien Georgina reconoce que la mayoría de sus lujos son de Cristiano, como lo es el jet, el yate o los carros, hay algo en lo que asume responsabilidad compartida por igual, la crianza de sus cuatro hijos, a pesar de que solo Alana es la hija bilógica de la modelo por ahora (vienen mellizos en camino).
En esta producción se puede ver la hermosa relación que mantiene con el hijo mayor de su novio, Cristiano Ronaldo Jr., a quien lo acompaña a sus partidos de fútbol y le pide que le dedique goles.
Sin duda el documental sirve como fuente de inspiración para muchos, pues muestra como Georgina fue criada en una familia humilde pero que le dio la fortaleza de luchar por sus sueños y mudarse a Madrid, la ciudad donde su vida cambión para bien.
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