
Para las reclusas, el certamen es una oportunidad para disfrutar preparándose, olvidar temporalmente la vida entre rejas y disfrutar de la visita de sus familiares, que pueden asistir al evento.
Raquel Rodrigues, una presa de 28 años que cumple condena por tráfico de drogas y robo, dijo que estaba emocionada por ver a su hija de cinco años.
"Cuando fui encarcelada, mi hija tenía solo nueve meses", dijo.
Las cárceles en la mayor nación de América Latina suelen estar sobrepobladas y carecen del saneamiento básico. En el concurso del martes podía percibirse un intenso olor a aguas residuales.
Las autoridades dijeron que organizan el certamen, que recibe mucha atención de medios locales, para ayudar a las reclusas con su autoestima y promover la integración entre ellas.