Absuelven a exsoldado británico de cargos de asesinato en masacre del Domingo Sangriento de 1972

REINO UNIDO-DOMINGO SANGRIENTO
Photo credit AP News/Peter Morrison

LONDRES (AP) — Un exparacaidista británico, que era el único soldado acusado por la masacre del Domingo Sangriento de 1972 en Irlanda del Norte, fue absuelto el jueves de los cargos de asesinato.

El juez Patrick Lynch dictaminó en la Corte de la Corona de Belfast que los fiscales no lograron probar que el veterano identificado sólo como "Soldado F" haya disparado, con intención de matar, contra civiles desarmados que corrían hacia un lugar seguro.

El Soldado F fue el único militar acusado en relación con los hechos del 20 de enero de 1972 en Londonderry, también llamado Derry. Fue uno de los incidentes más mortíferos del período conocido como "el conflicto", el conflicto entre los partidarios principalmente católicos de una Irlanda unida y las fuerzas predominantemente protestantes que querían que Irlanda del Norte siguiera siendo parte del Reino Unido.

Además de los 13 muertos, 15 personas resultaron heridas el Domingo Sangriento. Los testigos describieron la confusión, el caos y el terror cuando los soldados abrieron fuego y los cuerpos comenzaron a caer luego de una marcha masiva por los derechos civiles a través de la ciudad.

El veredicto fue un golpe para las familias de las víctimas, que llevan más de medio siglo buscando justicia.

Aunque la violencia sectaria terminó en gran medida con el acuerdo de paz del Viernes Santo de 1998 e Irlanda del Norte se ha convertido en un faro de esperanza para otros conflictos en todo el mundo, las tensiones persisten.

El veredicto a detalle

El Soldado F, que estuvo oculto a la vista en el tribunal por una cortina durante las cinco semanas del juicio, no testificó en su defensa. Fue un juicio sin jurado, como ha sido el estándar en casos relacionados con el período de violencia sectaria de décadas en Irlanda del Norte.

Se había declarado no culpable de dos cargos de asesinato por las muertes de James Wray, de 22 años, y William McKinney, de 27 años, y cinco cargos de intento de asesinato por los disparos contra Joseph Friel, Michael Quinn, Joe Mahon, Patrick O'Donnell, y por abrir fuego contra manifestantes que huían.

El juez dijo que las pruebas presentadas contra el veterano estaban muy por debajo de lo requerido para una condena. Pero reprendió a los soldados del Regimiento de Paracaidistas en servicio ese día por la forma en que respondieron y cómo sus acciones empañaron la memoria de una unidad que tenía un orgulloso historial en la Segunda Guerra Mundial.

“Habían perdido totalmente todo sentido de disciplina militar”, dijo. "Por el hecho de disparar por la espalda a civiles desarmados que huían de ellos en las calles de una ciudad británica, los responsables deberían agachar la cabeza de vergüenza".

Sin embargo, el juez resaltó que debido a que no había un concepto de "culpa colectiva" en los tribunales, no podía emitir un fallo de culpabilidad contra el Soldado F.

La única evidencia contra el Soldado F provenía de otros dos veteranos, los Soldados G y H, uno de los cuales está muerto y el otro se negó a testificar por temor a incriminarse.

“Sus declaraciones, la única prueba decisiva, no pueden ser probadas como lo serían los testigos que declaran desde el estrado”, declaró el juez. “En mi opinión, la demora ha obstaculizado gravemente la capacidad de la defensa para comprobar la veracidad y exactitud de las declaraciones de oídas”.

Duro golpe a las familias de las víctimas

Mickey McKinney, hermano de William McKinney, quien fue asesinado el Domingo Sangriento, aseveró que el fracaso para llevar a alguien ante la justicia “recae en el Estado británico” por no investigar los asesinatos “adecuadamente, o de hecho en absoluto; y en el Ejército Británico que protegió y permitió a sus soldados seguir asesinando con impunidad”.

A lo largo de las décadas desde entonces, el Domingo Sangriento se ha convertido en una fuente de vergüenza para el gobierno británico, que afirmó inicialmente que los miembros de un regimiento de paracaidistas dispararon en defensa propia tras ser atacados por hombres armados y otros que lanzaban bombas incendiarias.

Alivio para los veteranos de guerra y sus partidarios

Los partidarios de los veteranos del ejército se quejan de que sus bajas han sido minimizadas y que han sido injustamente señalados en las investigaciones.

El abogado defensor Mark Mulholland atacó el caso de la fiscalía como "fundamentalmente defectuoso y débil" por depender de soldados a los que calificó de "embusteros y mentirosos", y de los recuerdos difusos de los sobrevivientes que huyeron para evitar el fuego de munición real, que algunos pensaron erróneamente que eran balas de goma.

Los veteranos y sus defensores celebraron el veredicto del jueves .

“Se ha vuelto cada vez más claro que la admisibilidad de ciertos tipos de evidencia, particularmente aquellas basadas en recuerdos de hace décadas, sigue siendo profundamente problemática”, dijo el comisionado de veteranos de Irlanda del Norte, David Johnstone.

"El Soldado F ha enfrentado escrutinio legal en varias formas durante más de un cuarto de siglo, y en verdad espero que el fallo de hoy del juez Lynch ponga fin a ese largo y arduo proceso", agregó.

Largo camino hacia el caso

Tras el proceso de paz que fue iniciado por el Acuerdo del Viernes Santo, se tomaron medidas para fomentar la confianza entre católicos y protestantes, así como entre el pueblo de Irlanda del Norte y el gobierno británico.

Una investigación en 2010 concluyó que los soldados involucrados en el Domingo Sangriento habían disparado contra civiles desarmados que huían y luego mintieron en un encubrimiento que duró décadas. El entonces primer ministro conservador David Cameron se disculpó y dijo que los asesinatos fueron "injustificados e injustificables".

Los hallazgos allanaron el camino para el eventual enjuiciamiento del Soldado F, aunque los retrasos y contratiempos impidieron que llegara a juicio hasta el mes pasado.

El jueves, un portavoz del actual primer ministro laborista Keir Starmer dijo que el veredicto de no culpabilidad fue "un ejemplo del complejo legado del conflicto". Añadió que el gobierno está “enfocado en establecer un camino a seguir para abordar este difícil período de una manera justa y equilibrada que permita a las víctimas buscar respuestas y obtener cierre, incluidas las familias de las fuerzas armadas en duelo”.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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