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Existen muchos niveles de racismo, unos más dañinos que otros, todos inaceptables. El que vivió Jessica Romero y su familia el pasado sábado en el estadio Globe Life Park durante el partido de Los Texas Rangers por fortuna no fue agresivo físicamente, pero si verbalmente.
La mujer junto a su familia, todos de origen hispano, asistieron al partido como regularmente lo hacen, aunque en esta ocasión tuvieron que sentarse en una sección diferente a la que acostumbran por comprar sus boletos en último momento.
Fieles a su costumbre al llegar a sus asientos se tomaron la selfie del recuerdo, y mientras se la tomaban ella escucho que al hombre detrás de ella decir: Déjame ver cómo les chingo la foto. Jessica no entendió que se refería a ellos, hasta que vio la foto en su teléfono.
Durante la segunda entrada, el hombre hizo perfectamente claro que no era fan de los hispanos, cuando empezó a quejarse de todos los inmigrantes ilegales que lo rodeaban en el estadio, que Trump debería de apurarse a construir el muro y enviar todos los ilegales de regreso y más disparates durante las siguientes tres entradas. Por lo que Jessica y su familia, decidieron retirarse del juego, durante la quinta entrada, tristes porque desafortunadamente no es la primera vez que sufren este tipo de racismo, pero tampoco será la última.