
La Ciudad de México, fue el escenario donde ocurrió esta historia, digna de una película de Misión Imposible. (No es cierto). El joven Chris Astudillo tomó un Uber y de repente empezó a escuchar ruidos raros que venían de la cajuela del carro, algo así como un llanto de bebé.
El conductor del Uber, se detuvo a revisar lo que pasaba y fue cuando descubrió en la cajuela del carro a su propia esposa e hijo, la mujer se había encerrado en la cajuela para espiar a su marido. Al ser descubierta, paso al asiento del pasajero para acompañar a su marido el resto del viaje. Que poca confianza de veras.