
La fiebre del valle, una infección pulmonar fúngica causada por la inhalación de esporas de coccidioides presentes en el suelo y el polvo, es más común de lo que se cree, especialmente en el oeste de Estados Unidos. Los síntomas incluyen fatiga, tos, fiebre y sarpullido. Si bien la mayoría de los casos se resuelven por sí solos, algunos pueden provocar complicaciones graves. Las autoridades sanitarias recomiendan buscar atención médica si los síntomas persisten. El cambio climático puede expandir las zonas donde prolifera el hongo, lo que aumenta el riesgo de exposición. Precauciones como la filtración del aire y evitar zonas polvorientas pueden ayudar a reducir el riesgo de infección.