
Western Academy, una escuela para varones de Houston, ha implementado una estricta prohibición de celulares.
Cualquier dispositivo que se traiga al campus será destruido y los estudiantes se enfrentarán a una suspensión o expulsión en caso de reincidencia.
El director enfatizó que los padres son responsables de asegurar que sus hijos no traigan teléfonos a la escuela, alegando preocupaciones sobre la comunicación y la madurez.
La escuela busca proteger a los estudiantes de contenido dañino y considera que los teléfonos inteligentes son innecesarios para su educación y desarrollo.
Esta política busca promover el aprendizaje al aire libre, los deportes y los proyectos prácticos en el campus; anteriormente, la escuela confiscaba los teléfonos y los devolvía únicamente a los padres.