
SIDOARJO, Indonesia (AP) — La cifra de muertos por el derrumbe de una escuela en Indonesia aumentó a 14 el viernes después de que los equipos de rescate sacaran varios cuerpos de entre los escombros. Decenas de estudiantes aún permanecen desaparecidos y se espera que el número de fallecidos aumente.
Los rescatistas habían trabajado de forma manual para dar con más sobrevivientes desde que el inmueble colapsó el lunes. Pero el jueves, cuando se dejaron de detectar señales de vida, recurrieron a excavadoras pesadas equipadas con martillos neumáticos para avanzar más rápido.
El viernes por la noche habían encontrado nueve cuerpos, lo que elevó la cifra confirmada de fallecidos a 14, además de casi 50 estudiantes desaparecidos.
La estructura se desplomó el lunes sobre cientos de personas en una sala de oración de la escuela islámica al Khoziny, de un siglo de antigüedad, en Sidoarjo, en el lado este de la isla de Java.
Dos de los cuerpos encontrados el viernes estaban en la zona de la sala de oración y el otro fue hallado más cerca de una salida, como si hubiera intentado escapar, de acuerdo con Suharyanto, jefe de la Agencia Nacional de Mitigación de Desastres de Indonesia, quien usa un solo nombre como es habitual en el país.
Los estudiantes eran en su mayoría varones de entre 12 y 19 años que cursaban entre 7mo y 12mo grado. Las alumnas del centro rezaban en otra parte del edificio y lograron escapar, según los sobrevivientes.
Rizalul Qoib, de 13 años, uno de los 104 sobrevivientes, regresó al lugar el viernes para ver lo que quedaba de su escuela y reconoció que tuvo suerte de haber sufrido apenas un pequeño corte en la cabeza.
Contó que, como sus compañeros, estaba rezando cuando escuchó algo como el sonido de rocas cayendo, que era cada vez más intenso.
“Dejé de rezar y huí cuando sentí que el suelo temblaba”, recordó.
“De repente, el edificio se vino abajo, los escombros del techo cayeron sobre mi cabeza y mi rostro”.
Entonces, la habitación quedó a oscuras, pero escuchó a alguien gritar “por aquí, por aquí” y siguió la voz hasta que llegó a un estrecho hueco en los escombros.
“Solo seguí la luz”, dijo.
Muchos de los que resultaron heridos pero lograron escapar o fueron rescatados sufrieron traumatismos graves en la cabeza y huesos rotos, y continúan hospitalizados.
Las autoridades explicaron que el edificio tenía dos plantas, pero que se estaban añadiendo otras dos sin permiso. La policía dijo que, al parecer, los cimientos del viejo edificio no pudieron soportar el peso de dos pisos de concreto y colapsaron durante el proceso de vertido.
Por el momento, los responsables del centro no han realizado comentarios.
Los operarios trabajaban bajo un intenso sol el viernes para romper y retirar grandes losas de concreto, con el olor de cuerpos en descomposición como un sombrío recordatorio de lo que encontrarían debajo.
Suharyanto, de la Agencia Nacional de Mitigación de Desastres, dijo el viernes a los reporteros que estaban en el lugar que se espera que las labores de recuperación de los cuerpos finalicen el sábado.
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Rising informó desde Bangkok.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.