DALLAS (AP) — Boeing no enfrentará un cargo de asociación delictuosa en relación con dos accidentes de aviones 737 Max que causaron la muerte de 346 personas, después de que un juez federal accediera el jueves a la solicitud del gobierno para desestimar el caso
Como parte de un acuerdo para retirar el cargo, la compañía aeroespacial estadounidense acordó pagar o invertir 1.100 millones de dólares adicionales en multas, compensación para las familias de las víctimas del accidente y medidas internas de seguridad y calidad.
Los fiscales afirmaron que Boeing engañó a los reguladores gubernamentales sobre un sistema de control de vuelo que luego fue implicado en los vuelos fatales. El fallo se produjo tras una emotiva audiencia en septiembre, cuando los familiares de algunas de las víctimas instaron al juez de distrito Reed O’Connor a rechazar el acuerdo y nombrar a un fiscal especial para hacerse cargo del caso.
Sin embargo, en una decisión emitida por escrito el jueves en Fort Worth, el juez acordó desestimar el cargo. El prolongado caso ha tenido muchos giros y vueltas desde que el Departamento de Justicia acusó por primera vez a la empresa, en enero de 2021, de defraudar al gobierno de Estados Unidos, e incluyó un fallido acuerdo que habría exigido que Boeing se declarara culpable. Ese acuerdo fracasó después de que O’Connor no lo aprobara.
En una declaración emitida después del fallo, Boeing dijo que está comprometida a honrar su acuerdo con el Departamento de Justicia, así como a “continuar con los importantes esfuerzos que hemos realizado como empresa para fortalecer nuestros programas de seguridad, calidad y cumplimiento con la ley”.
Las aerolíneas comenzaron a utilizar el Max en 2017. Todos los pasajeros y miembros de la tripulación murieron cuando dos de los aviones se estrellaron con menos de cinco meses de diferencia en 2018 y 2019, uno frente a la costa de Indonesia y otro en Etiopía.
Según sus propias declaraciones, el Departamento de Justicia creía que el más reciente acuerdo servía al interés público de manera más efectiva que llevar el caso a juicio y arriesgarse a un veredicto del jurado que podría eximir a la compañía de un castigo adicional. También dijo que las familias de 110 víctimas del accidente apoyan la resolución del caso antes de que llegue a juicio o no se oponen al acuerdo.
Mientras tanto, más de una docena de familiares hablaron en la audiencia del 3 de septiembre, algunos de los cuales viajaron a Texas desde lugares tan lejanos como Europa y África. Forman parte de las casi 100 familias que se opusieron al acuerdo.
Catherine Berthet, quien viajó desde Francia, pidió al juez que enviara el caso a juicio.
“No permita que Boeing compre su libertad”, dijo. Su hija, Camille Geoffroy, murió cuando un 737 Max se estrelló poco después de despegar del Aeropuerto Internacional Bole de Addis Abeba, en Etiopía.
El caso se centra en un sistema de software que Boeing desarrolló para el 737 Max.
En ambos accidentes, ese software inclinó repetidamente la nariz del avión hacia abajo basándose en lecturas defectuosas de un solo sensor, y los pilotos que volaban para Lion Air y Ethiopian Airlines no pudieron recuperar el control. Después del accidente en Etiopía, los aviones fueron inmovilizados en todo el mundo durante 20 meses.
Los investigadores encontraron que Boeing no informó al personal clave de la Administración Federal de Aviación sobre los cambios que había realizado en el software antes de que los reguladores establecieran los requisitos de entrenamiento para pilotos del Max y certificaran el avión para volar.
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Yamat informó desde Las Vegas.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.