
EL CAIRO (AP) — Palestinos y trabajadores humanitarios esperan ansiosamente la reapertura del cruce fronterizo de Rafah, que es la entrada de alimentos y otro tipo de ayudas a la Franja de Gaza, y la única conexión con el mundo exterior que no estaba controlada por Israel antes de la guerra.
Es probable que el cruce entre Gaza y Egipto vuelva a abrirse el domingo, dijo el jueves el ministro de Relaciones Exteriores de Israel, aunque no se sabe si se abrirá para las entregas de ayuda y para el flujo de personas dentro y fuera del territorio.
Con gran parte de Gaza convertida en escombros y asolada por el hambre, en enclave necesita una enorme afluencia de combustible, alimentos, medicinas y tiendas de campaña. El jefe de ayuda de las Naciones Unidas, Tom Fletcher, dijo el jueves que se dirigía al cruce y esperaba ver la ruta “llena de camiones, como parte de una oleada masiva de ayuda tras el acuerdo de paz”.
Esta es la razón por la cual el cruce es tan vital.
Un “salvavidas” para Gaza
Antes de la guerra, Rafah estaba repleto de bienes y personas que transitaban entre Egipto y Gaza, que alberga a aproximadamente 2,3 millones de palestinos. Aunque la Franja tiene otros cuatro cruces fronterizos, estos son compartidos con Israel, y solo Rafah conecta el territorio con otro país vecino.
Tras la incursión de combatientes liderados por Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre de 2023, en la que murieron aproximadamente 1.200 personas y otras 251 fueron secuestradas, Egipto endureció sus restricciones al tráfico a través del cruce de Rafah. Cuando Israel tomó el control del lado de Gaza en mayo de 2024, como parte de su ofensiva en la que han muerto más de 67.000 palestinos, según el ministerio de salud de Gaza, cerró el cruce excepto para evacuaciones médicas ocasionales.
La reapertura del cruce de Rafah facilitaría que los gazatíes buscaran tratamiento médico, viajaran internacionalmente o visitaran a familiares en Egipto, que alberga a decenas de miles de palestinos. También ayudaría a la devastada economía de la Franja, ya que el aceite de oliva y otros productos fabricados por palestinos se venden ampliamente en Egipto y en todo el mundo árabe.
Cerrar el cruce fue “romper la columna vertebral de la que muchas familias dependían como salvavidas”, dijo Adel Amr, quien trabaja en el sector del transporte con sede en Cisjordania y ha tratado de organizar envíos de ayuda a Gaza.
“El cruce es un salvavidas para nuestras familias en Gaza. Esta era la única ruta segura para aquellos que querían viajar desde la Franja de Gaza al mundo exterior”, expresó.
¿Qué sigue?
El miércoles, 400 camiones de ayuda pasaron por el lado egipcio en su camino hacia Gaza y avanzaron a través de una zona de amortiguamiento hacia un cruce controlado por Israel a unos pocos kilómetros de distancia. Sin embargo, no está claro, si la ayuda pasó la inspección de seguridad israelí y llegó a quienes la necesitan con desesperación, aunque el Programa Mundial de Alimentos señaló que algunos de sus camiones han logrado pasar.
El lado gazatí del cruce de Rafah resultó gravemente dañado durante la guerra, y se desconoce si hay reparaciones en marcha. Una vez que se reabra, quizás el domingo, Israel acordó adherirse a los términos humanitarios establecidos para un alto el fuego en enero de 2025, que incluyen permitir un cierto número de camiones de ayuda por día en Gaza.
Con el acuerdo de alto el fuego que exige que Hamás no tenga ningún papel en la administración de Gaza, no se sabe quién operará el lado gazatí del cruce de Rafah una vez que termine la guerra.
Quienquiera que sea, el cruce “debería ser gestionado completamente por palestinos”, con algo de ayuda de la ONU o la Unión Europea, dijo Sami al-Arian, profesor de asuntos públicos en la Universidad Zaim de Estambul que dirige el Centro para el Islam y los Asuntos Globales.
La UE dijo esta semana que está lista para desplegar nuevamente una misión humanitaria de larga duración en el cruce de Rafah cuando sea seguro hacerlo.
“Esta es una localidad palestina —una ciudad palestina. Y los palestinos deberían constituir principalmente la mayoría de las personas que entran y salen (de Rafah)”, dijo al-Arian, y agregó que, en su opinión, Israel no debería tener “ningún poder de veto” sobre la entrada de ayuda y bienes y el flujo de palestinos a través del cruce.
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Los reporteros de The Associated Press Melanie Lidman en Tel Aviv, Israel, y Sam McNeil en Bruselas contribuyeron a este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.