BRUSELAS (AP) — La Unión Europea retrasó un acuerdo masivo de libre comercio con países sudamericanos tras las enérgicas protestas de agricultores y la oposición de Francia e Italia en el último momento, informó la Comisión Europea el jueves.
Altos funcionarios de la UE tenían previsto firmar el acuerdo UE-Mercosur en Brasil este fin de semana, después de 26 años de negociaciones. En cambio, la principal portavoz de la CE, Paula Pinho, confirmó que la firma se ha pospuesto hasta enero.
Los expertos dicen que el retraso afectará la credibilidad de la UE a nivel mundial, en un momento en que intenta forjar nuevos lazos comerciales en medio de tensiones comerciales con Estados Unidos y China. El acuerdo eliminaría progresivamente los aranceles sobre casi todos los bienes comercializados entre los dos bloques durante los próximos 15 años.
Francia había encabezado la oposición al acuerdo entre la UE y los cinco países activos del Mercosur: Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia. Italia planteó nuevas reservas el miércoles.
El acuerdo del jueves para aplicar un retraso fue alcanzado entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, António Costa, al margen de una cumbre de la UE con la primera ministra italiana Giorgia Meloni, con la condición de que Italia vote a favor del acuerdo en enero, indicó un funcionario de la UE.
La decisión se anunció horas después de que agricultores en tractores bloquearan caminos y lanzaran fuegos artificiales el jueves en Bruselas, afuera de una cumbre de la UE, con el fin de protestar contra el acuerdo comercial, ante lo cual la policía respondió con gases lacrimógenos y cañones de agua. Los agricultores temen que el acuerdo socave sus medios de sustento, y hay preocupaciones políticas más amplias de que el rechazo a él está impulsando el apoyo a la extrema derecha.
Caos en las calles de Bruselas
Los agricultores trajeron papas y huevos para lanzar —junto con salchichas y cerveza para alimentarse— y se enfrascaron en intensos choques con la policía.
“Estamos luchando para defender nuestros trabajos en todos los países europeos contra el Mercosur”, declaró Armand Chevron, un agricultor francés de 23 años.
Policías antidisturbios custodiaban barreras frente al Parlamento Europeo, que evacuó a algunos empleados debido a los daños causados por los manifestantes.
Los inconformes quemaron neumáticos y un ataúd de madera falso pintado con la palabra “agricultura”. Las llamas desataron una nube negra que se entremezcló con gas lacrimógeno blanco.
“No moriremos en silencio”, decía un cartel. “La dictadura comienza aquí”, rezaba otro.
Cientos de agricultores como Pierre Vromann, de 60 años, habían llegado en tractores, que estacionaron para bloquear avenidas alrededor de las instituciones clave de la UE.
El acuerdo del Mercosur sería “malo para los agricultores, malo para los consumidores, malo para los ciudadanos y malo para Europa”, expresó Vromann, quien cría ganado y cereales en la cercana ciudad belga de Waterloo.
Otros agricultores vinieron de lugares tan lejanos como España y Polonia.
Los enfrentamientos entre los campesinos y la policía se desataron a sólo un paso del edificio Europa, donde los líderes de las 27 naciones de la UE conversaron sobre el pacto comercial, y también sobre una propuesta para confiscar activos rusos con el fin de que sean utilizados en Ucrania.
Las reticencias sobre el acuerdo están creciendo
El presidente francés Emmanuel Macron se mantuvo firme contra el acuerdo con el Mercosur al llegar a la cumbre de la UE del jueves, presionando para que haya más concesiones y más discusiones en enero. Dijo que ha estado en conversaciones con colegas italianos, polacos, belgas, austriacos e irlandeses, entre otros, con respecto a retrasarlo.
“Los agricultores ya enfrentan una enorme cantidad de desafíos”, manifestó, mientras diversas partes de Francia se ven sacudidas por protestas de agricultores. “No podemos sacrificarlos en este acuerdo”.
Preocupado por una extrema derecha en auge que se granjea apoyo criticando el acuerdo, el gobierno de Macron ha exigido salvaguardias para monitorear e impedir amplias perturbaciones económicas en la UE, incrementos en las regulaciones en las naciones del Mercosur —tales como restricciones al uso de pesticidas—, y más inspecciones en puertos de la UE a las importaciones.
La primera ministra Giorgia Meloni le dijo al Parlamento italiano el miércoles que firmar el acuerdo en los próximos días “sería prematuro”.
“Esto no significa que Italia tenga la intención de bloquear o oponerse (al acuerdo), sino que tiene la intención de aprobar el acuerdo sólo cuando incluya garantías recíprocas adecuadas para nuestro sector agrícola”, expresó Meloni.
Von der Leyen está decidida a firmar el acuerdo, pero necesita el respaldo de al menos dos tercios de las naciones de la UE.
La oposición de Italia la daría a Francia suficientes votos para vetar la firma de Von der Leyen.
En Grecia, los agricultores han bloqueado carreteras de todo el país durante semanas, protestando por los retrasos en los pagos de subsidios agrícolas, así como por los altos costos en la producción y los bajos precios de los productos que, según ellos, están estrangulando su sector y haciéndoles imposible que el dinero les rinda hasta fin de mes.
Un posible contrapeso a China y Estados Unidos
El acuerdo ha estado en negociación durante 25 años. Una vez ratificado, abarcaría un mercado de 780 millones de personas y una cuarta parte del producto interno bruto mundial. Los que lo respaldan dicen que ofrecería una alternativa clara a los controles de exportación de Beijing y a la guerra arancelaria por parte de Washington, mientras que los detractores dicen que socavará las regulaciones ambientales y el icónico sector agrícola de la UE.
El canciller alemán Friedrich Merz dijo antes de la cumbre de Bruselas que el estatus global de la UE se vería afectado por un retraso en el acuerdo o su cancelación.
“Si la Unión Europea quiere seguir teniendo credibilidad en la política comercial global, entonces se deben tomar decisiones ahora”, declaró Merz.
El acuerdo también tiene que ver con la competencia estratégica entre las naciones occidentales y China (por la influencia) sobre América Latina, apuntó Agathe Demarais, investigadora sénior del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. “El fracaso en firmar el acuerdo de libre comercio UE-Mercosur corre el riesgo de hacer que las economías latinoamericanas se acerquen más a la órbita de Beijing”.
Von der Leyen y Costa tienen planeado firmar el acuerdo el sábado en Brasil.
El nerviosismo en Sudamérica por los retrasos
Las tensiones políticas que han marcado al Mercosur en los últimos años —especialmente entre el presidente de extrema derecha de Argentina, Javier Milei, y el mandatario brasileño de centroizquierda Luiz Inácio Lula da Silva, los dos principales socios del bloque— no han disuadido a los líderes sudamericanos de intentar concretar una alianza con Europa que beneficiará a sus sectores agrícolas.
Lula ha sido uno de los promotores más fervientes del acuerdo. En su papel de anfitrión de la próxima cumbre, el presidente brasileño apuesta por concretar el acuerdo el sábado y alcanzar un gran logro diplomático antes de las elecciones generales del próximo año, en las que intentará ser reelegido. Dijo que estaba sorprendido por los titubeos de Italia y había hablado directamente sobre ello con Meloni.
En una reunión de gabinete el miércoles, Lula estaba evidentemente irritado por las posiciones de Italia y Francia. Dijo que el sábado sería un momento decisivo para el acuerdo.
“Si no lo hacemos ahora, Brasil no hará más acuerdos mientras yo sea presidente”, expresó Lula, y añadió que el acuerdo “defendería el multilateralismo” en un momento en que el presidente estadounidense Donald Trump persigue el unilateralismo.
Milei, un cercano aliado ideológico de Trump, también apoya el acuerdo.
“Debemos dejar de pensar en el Mercosur como un escudo que nos protege del mundo y comenzar a pensar en él como una lanza que nos permite penetrar efectivamente en los mercados globales”, manifestó hace algún tiempo.
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Los periodistas de The Associated Press Debora Rey en Buenos Aires, Claudia Ciobanu en Varsovia, Kirsten Grieshaber en Berlín, Elene Becatoros en Atenas, Gabriela Sá Pessoa en Sao Paulo, y Sylvain Plazy y Angela Charlton en Bruselas contribuyeron a este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.