El sistema de misiles Oreshnik, con capacidad para portar armas nucleares, ha entrado en servicio activo en Bielorrusia, informó el martes el Ministerio de Defensa de Rusia, mientras los esfuerzos de Estados Unidos para negociar un acuerdo que ponga fin a la guerra de casi cuatro años en Ucrania entran en una fase crucial.
El ministerio publicó un video que muestra a vehículos de combate que forman parte del sistema móvil de misiles balísticos de alcance intermedio cruzando un bosque dentro de un entrenamiento de combate. El anuncio ruso siguió a una declaración del presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, que a principios de mes indicó que el Oreshnik había llegado al país. Lukashenko afirmó que en el país habrá hasta 10 de estos sistemas estacionados.
Por su parte, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, dijo a principios de diciembre que el Oreshnik entraría en servicio este mes. Realizó la declaración en una reunión con altos cargos militares del país en la que advirtió que Moscú buscará ampliar sus avances en Ucrania si Kiev y sus aliados occidentales rechazan las demandas del Kremlin en las conversaciones de paz.
El anuncio llega en un momento crítico para las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibió a Zelenskyy en su balneario en Florida el domingo e insistió en que Kiev y Moscú estaban "más cerca que nunca" de un acuerdo de paz.
Sin embargo, Moscú y Kiev siguen profundamente alejados en cuestiones clave, como de dónde deben retirarse las fuerzas y el futuro de la central nuclear de Zaporiyia, ocupada por Rusia en Ucrania, una de las diez más grandes del mundo. Trump señaló que las negociaciones lideradas por Washington, que llevan meses en marcha, aún podrían fracasar.
Putin ha intentado mostrarse como negociando desde una posición de fuerza mientras las tropas ucranianas se esfuerzan por contener al ejército rival, que es más grande.
Rusia probó por primera vez una versión con armas convencionales del Oreshnik —“avellano” en ruso— para atacar una fábrica ucraniana en noviembre de 2024. Putin ha elogiado las capacidades del sistema, señalando que sus múltiples ojivas, que se lanzan hacia su objetivo a velocidades de hasta Mach 10, no pueden ser interceptadas, y que varias de ellas, en un operativo convencional, podrían ser tan devastadoras como un ataque nuclear.
Advirtió a Occidente que Moscú podría usarlo contra los aliados de Ucrania en la OTAN que han permitido a Kiev usar sus misiles de mayor alcance para atacar en suelo ruso.
El Ministerio de Defensa de Bielorrusia dijo el martes que el Oreshnik tiene un alcance de hasta 5.000 kilómetros (3.100 millas).
La prensa estatal rusa presumió de que el misil tardaría apenas 11 minutos en llegar a una base aérea en Polonia y 17 en alcanzar la sede de la OTAN en Bruselas. No hay forma de saber si lleva una ojiva nuclear o convencional antes de que alcance su objetivo.
Los misiles de alcance intermedio pueden recorrer entre 500 y 5.500 kilómetros (de 310 a 3.400 millas). Este tipo de armas estaban prohibidas por un tratado de la era soviética que tanto Washington como Moscú abandonaron en 2019.
Rusia ya desplegó previamente armas nucleares tácticas en el territorio de su vecino y aliado, cuyo territorio utilizó para lanzar una invasión a gran escala sobre Ucrania en febrero de 2022. Lukashenko indicó que su país tiene varias docenas de armas nucleares tácticas rusas.
Al firmar un pacto de seguridad con Lukashenko en diciembre de 2024, Putin dijo que aunque Rusia controle los Oreshniks, Moscú permitiría a Minsk seleccionar los objetivos, y apuntó que si los misiles se usan contra objetivos más próximos a Bielorrusia, podrían llevar una carga útil significativamente más pesada.
En 2024, el Kremlin publicó una doctrina nuclear revisada que apuntaba que cualquier ataque convencional a Rusia apoyado por una potencia nuclear será considerado un ataque conjunto a su país. La amenaza estaba claramente dirigida a disuadir a Occidente de permitir que Ucrania ataque a su vecino con armas de mayor alcance y parece reducir significativamente el umbral para el posible uso del arsenal nuclear de Rusia.
La doctrina rusa revisada también colocó a Bielorrusia bajo su paraguas nuclear.
Lukashenko ha gobernado la nación de 9,5 millones de habitantes con mano de hierro desde hace más de tres décadas. Su gobierno ha sido sancionado repetidamente por Occidente por reprimir los derechos humanos y por permitir que Moscú use su territorio para la invasión de Ucrania. La líder opositora bielorrusa Sviatlana Tsikhanouskaya señaló que el despliegue del Oreshnik en Bielorrusia agrava la dependencia militar y política del país respecto al Kremlin.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.