Rescatistas luchan contra reloj para llegar a víctimas de inundaciones en Asia

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Photo credit AP News/Binsar Bakkara

BATANG TORU, Indonesia (AP) — Los equipos de rescate luchaban el miércoles contra el reloj para llegar a las comunidades aisladas por las catastróficas inundaciones de la semana pasada en Indonesia, Sri Lanka y Tailandia, donde 800 personas siguen desaparecidas.

Más de 1.400 personas perdieron la vida: por lo menos 770 en Indonesia, 465 en Sri Lanka y 185 en Tailandia además de tres en Malasia. Muchas aldeas están sepultadas bajo lodo y escombros y no funcionan la electricidad ni las comunicaciones.

Indonesia y Tailandia, dos economías de ingresos medios, han podido poner en marcha amplias operaciones de rescate, desplegar recursos militares y canalizar fondos de emergencia.

Sri Lanka responde al desastre en unas condiciones mucho más difíciles. Aún en proceso de recuperación tras una profunda crisis económica, cuenta con unos recursos limitados, escasez de divisas y unos servicios públicos debilitados.

Su primera ministra, Harini Amarasuriya, se reunió con diplomáticos la semana pasada para instarlos a respaldar los esfuerzos gubernamentales en materia de asistencia y reconstrucción. Países como India, Pakistán y Emiratos Árabes Unidos ya han puesto en marcha iniciativas de ayuda.

La tala ilegal en Indonesia podría haber empeorado el desastre. Las carreteras destrozadas y los puentes colapsados han dificultado el acceso de los equipos de rescate a algunos de los lugares más castigados en las provincias de Sumatra del Norte, Sumatra Occidental y Aceh, según la Agencia Nacional de Gestión de Desastres.

Había preocupación de que la deforestación pudiera haber contribuido al desastre. Residentes y trabajadores de emergencia en Padang, la capital de Sumatra Occidental, declararon que se encontraron grandes pilas de madera cortada entre los escombros.

“Por su forma, es obvio que no eran solo árboles arrancados naturalmente por la inundación, sino madera que había sido cortada deliberadamente”, indicó un miembro de un equipo de limpieza, Neviana, quien usa un solo nombre.

Ria Wati, de 38 años, que vive en las afueras de Padang, estuvo de acuerdo.

“Los troncos arrastrados por las inundaciones no eran del tipo que se obtiene de una inundación repentina” , señaló, “si se arrancaran árboles viejos, verías raíces y corteza frágil. Pero estos eran trozos de madera limpios y cortados de manera ordenada... parecían el resultado de la tala ilegal”.

Las autoridades locales no han confirmado la procedencia de la madera. Grupos ambientalistas sostuvieron que la magnitud del daño sugiere que las laderas debilitadas y los bosques degradados jugaron un papel importante.

El ministro secretario del gabinete, Teddy Indra Wijaya, aseguró que el gobierno estaba investigando las supuestas operaciones de tala ilegal.

“Más allá del clima extremo, la degradación ambiental ha empeorado el impacto”, dijo Wijaya.

En Tailandia, la portavoz del gobierno, Rachada Dhnadirek, aseveró el miércoles que los esfuerzos de recuperación en el sur del país avanzan a buen ritmo y que el agua y la electricidad han sido restauradas en casi todas las áreas afectadas.

El gobierno ha entregado más de 1.000 millones de baht (31,3 millones de dólares) en compensación a más de 120.000 hogares afectados por las inundaciones, agregó.

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Karmini reportó desde Yakarta, Indonesia. Contribuyeron a esta nota los corresponsales Jintamas Saksornchai en Bangkok, Krishan Francis en Colombo, Sri Lanka, Eranga Jayawardena en Sarasavigama, Sri Lanka y Eileen Ng en Kuala Lumpur, Malasia.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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