Amnistía Internacional: Ataque de EEUU a prisión en Yemen podría ser crimen de guerra

Audacy - The Associated Press
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DUBÁI, Emiratos Árabes Unidos (AP) — Un ataque aéreo que Estados Unidos lanzó en abril contra de una prisión en Yemen, donde más de 60 migrantes africanos perdieron la vida, debería ser investigado como un posible crimen de guerra, indicaron activistas el miércoles.

El llamado de Amnistía Internacional renueva el escrutinio sobre el ataque del 28 de abril en la provincia de Saada. El bombardeo fue parte de una intensa campaña aérea que ordenó el presidente estadounidense Donald Trump en contra de los hutíes en respuesta a sus ataques contra el transporte marítimo a través del corredor del mar Rojo en medio de la guerra entre Israel y Hamás.

El Comando Central del ejército de Estados Unidos aún no ha ofrecido ninguna explicación sobre el ataque a la prisión, la cual había sido atacada anteriormente por una coalición liderada por Arabia Saudí en su lucha contra los hutíes. Se tenía conocimiento que el lugar albergaba a migrantes africanos que intentaban llegar a Arabia Saudí a través de la zona de guerra.

"Nos tomamos en serio todos los informes de daños a civiles y estamos trabajando para publicar pronto los resultados de la evaluación de la Operación Rough Rider", dijo el capitán de la Marina de Estados Unidos, Tim Hawkins, portavoz del Comando Central.

Decenas de muertos

Después del ataque, los hutíes exhibieron los restos de lo que probablemente eran dos bombas de precisión GBU-39 de 250 libras utilizadas por el ejército de Estados Unidos, señaló Amnistía. Los sobrevivientes entrevistados por Amnistía, todos migrantes etíopes detenidos mientras intentaban llegar a Arabia Saudí, dijeron que no vieron combatientes hutíes dentro de la instalación.

Amnistía dijo que parecía tratarse de un "ataque indiscriminado", después de determinar que no había un objetivo militar claro. Las leyes internacionales prohíben atacar lugares como hospitales y prisiones a menos que las estructuras estén siendo utilizadas para planear ataques o almacenar armas -- e incluso así, se deben tomar todas las precauciones para evitar dañar a civiles.

El grupo activista señaló que los hutíes informaron recientemente que 61 personas habían muerto en ese ataque, en comparación con los 68 reportados en un principio. En imágenes captadas después del bombardeo se podían escuchar disparos, así como a los hutíes declarando que sus guardias realizaron tiros de advertencia más o menos al momento de los ataques.

Se trató de un ataque similar al realizado en 2022 por una coalición que encabezaba Arabia Saudí contra los hutíes en el mismo complejo, el cual provocó el derrumbe de una estructura, cobró la vida de 66 detenidos y dejó heridos a otros 113, reveló un informe de Naciones Unidas más tarde. Los hutíes mataron a tiros a 16 detenidos que huyeron después del ataque e hirieron a otros 50, informó la ONU.

Los hutíes negaron haber cometido irregularidad alguna durante el ataque estadounidense, pero Amnistía destacó la "represión continua contra ... activistas, periodistas, defensores de los derechos humanos y trabajadores humanitarios" por parte de los rebeldes, lo que limitó su capacidad para investigar.

Los hutíes mantienen retenidos a por lo menos 59 empleados de Naciones Unidas y más trabajadores de grupos de ayuda, al tiempo que han incautado equipo electrónico de las oficinas de la ONU en los últimos días. El grupo, el cual cuenta con respaldo de Irán y se encuentra bajo una creciente presión económica, también ha intensificado sus amenazas contra Arabia Saudí en las últimas semanas.

"En verdad me costaba trabajo creer que fuera posible que Estados Unidos llevara a cabo un ataque aéreo en el mismo complejo, resultando en un daño significativo a civiles", dijo Kristine Beckerle, subdirectora de Amnistía para Oriente Medio y África del Norte. "Es difícil de creer que Estados Unidos no lo supiera".

Se cree que más civiles han muerto en la campaña de EE.UU.

La ofensiva aérea de Estados Unidos contra los hutíes comenzó en respuesta a los ataques del grupo yemení contra el transporte marítimo durante el mandato del presidente estadounidense Joe Biden. Sin embargo, los bombardeos se intensificaron drásticamente bajo la Operación Rough Rider de Trump, alcanzando unos 1.000 objetivos en Yemen.

Esos ataques alcanzaron centrales energéticas, infraestructura de telefonía móvil y objetivos militares en Yemen. Sin embargo, los activistas afirman que los ataques también mataron civiles, particularmente durante un bombardeo en abril pasado contra un depósito petrolero, en el cual murieron más de 70 personas.

Airwars, un grupo con sede en Reino Unido que estudia las bajas en combate aéreo, cree que los ataques de la Operación Rough Rider mataron a por lo menos 224 civiles durante las varias semanas de campaña.

El General del Ejército de Estados Unidos, Michael Kurilla, excomandante de CENTCOM, prometió durante un testimonio ante el Congreso en junio pasado que, "sin lugar a dudas" se darían a conocer los detalles sobre las bajas civiles en Yemen, aunque eso aún no ha sucedido.

"Una de las cosas que fue relativamente devastadora es que, nuevamente, estás hablando de personas que dejaron Etiopía para viajar a Yemen porque están tratando de llegar al Golfo" para ganar dinero para sus familias en casa, dijo Beckerle. "Ahora tienen que hacer que sus familiares les envíen dinero a Yemen para atender sus lesiones".

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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