
WASHINGTON (AP) — Las cinco universidades que aún estaban sopesando el pacto de educación superior del presidente estadounidense Donald Trump fueron invitadas a participar el viernes en una llamada de la Casa Blanca para examinar el acuerdo propuesto, según dos personas al tanto del asunto. Para el viernes por la tarde, una de ellas —la Universidad de Virginia— ya había rechazado firmarlo.
Dichas personas declararon a condición de guardar el anonimato para revelar detalles de la llamada, que fue de carácter privado.
La Casa Blanca ha enfrentado una serie de rechazos después de invitar a nueve universidades a ser “firmantes iniciales” del acuerdo, que pide a las universidades compromisos alineados con las prioridades políticas de Trump a cambio de tener acceso favorable a fondos para investigación. La Casa Blanca pidió a los líderes universitarios que proporcionaran comentarios iniciales sobre el pacto antes del 20 de octubre, pero a medida que se acerca el vencimiento del plazo, ninguna ha firmado el documento.
Las que aún no han anunciado una decisión son Dartmouth College, la Universidad de Arizona, la Universidad de Texas y la Universidad Vanderbilt. No respondieron de momento a preguntas sobre la llamada.
La Universidad de Virginia se convirtió el viernes en la quinta universidad en declinar participar en el pacto de Trump. El proporcionar dinero federal con base en algo que no sea el mérito socavaría la integridad de la investigación y erosionaría aún más la confianza pública en la educación superior, declaró el presidente interino de la universidad en una carta a la secretaria de Educación, Linda McMahon, y a funcionarios de la Casa Blanca.
“Esperamos trabajar juntos para desarrollar enfoques alternativos y duraderos con el fin de mejorar la educación superior”, escribió Paul Mahoney.
Los líderes del sistema de la Universidad de Texas dijeron anteriormente que se sentían honrados de ser incluidos, pero otras universidades que aún están sopesando el acuerdo no han indicado hacia dónde se inclinan.
No se sabe exactamente qué pueden ganar las universidades al aceptar el acuerdo, ni qué pueden perder si no lo hacen. En una carta enviada junto con el pacto, los funcionarios de Trump dijeron que proporcionaba “múltiples beneficios positivos”, tal como el acceso favorable a fondos federales. A cambio, se pidió a las universidades que adoptaran 10 páginas de compromisos que coinciden con las prioridades políticas de Trump.
En la carta se piden compromisos para eliminar la raza y el sexo de las decisiones de admisión, aceptar la estricta definición binaria del gobierno de “hombre” y “mujer”, promover puntos de vista conservadores en el campus y asegurar la “neutralidad institucional” en eventos de actualidad, entre otras disposiciones.
“Las instituciones de educación superior son libres de desarrollar modelos y valores distintos a los que se presentan a continuación, si la institución elige renunciar a los subsidios federales”, se indica en el pacto.
Los funcionarios de la Universidad de Virginia invitaron a la comunidad universitaria a dar su opinión mientras sopesaban la oferta. La presidenta de Dartmouth, Sian Beilock, reconoció la necesidad de reformas, pero dijo que “nunca comprometería nuestra libertad académica y nuestra capacidad de autogobernarnos”.
El Instituto de Tecnología de Massachusetts fue el primero en rechazar el acuerdo la semana pasada, diciendo que limitaría la libertad de expresión y la independencia del campus. Se mencionaron preocupaciones similares en los rechazos de la Universidad de Brown, la Universidad de Pensilvania y la Universidad del Sur de California.
El pacto —que busca reformar la educación superior a través de la negociación en lugar de una ley impuesta— ha generado una ola de rechazo desde el ámbito académico y más allá. Los estudiantes han protestado en su contra, el profesorado lo ha condenado y ha provocado la ira de los demócratas de todos los niveles. El gobernador de California, Gavin Newsom, y los demócratas de Virginia han amenazado con cortar el financiamiento estatal a cualquier universidad que lo firme.
En una declaración conjunta emitida el viernes, más de 30 organizaciones de educación superior instaron al gobierno a retirar el pacto. Encabezada por el Consejo Americano de Educación, la coalición indicó que el acuerdo le daría al gobierno un control sin precedentes sobre los académicos de las universidades y obstaculizaría la libertad de expresión.
“El pacto es un paso en la dirección equivocada”, se lee en la declaración.
Muchos de los términos coinciden con acuerdos recientes que la Casa Blanca alcanzó con las universidades de Brown y Columbia para cancelar investigaciones sobre presunta discriminación y restablecer el financiamiento a la investigación. Sin embargo, aunque esos acuerdos incluían conceptos que reafirmaban la libertad académica de los campus, el pacto no ofrece tal protección, lo cual es uno de los obstáculos citados en el rechazo de Brown.
Para Trump, es prioritario lograr la obediencia de universidades poderosas y prestigiosas, de las que dice son bastiones del liberalismo.
Su mayor objetivo ha sido Harvard, la primera universidad en desafiar abiertamente un conjunto de amplias exigencias del gobierno. La Casa Blanca procedió a recortar miles de millones de dólares en financiamiento para la investigación en esa institución, así como a cancelar sus contratos federales e intentar impedir que la escuela —una de las más prestigiosas de Estados Unidos— acepte a estudiantes extranjeros.
Un juez federal de Boston revirtió los recortes al financiamiento el mes pasado, calificándolos de extralimitación inconstitucional.
Otras universidades prestigiosas también han sufrido recortes en su financiamiento en medio de investigaciones sobre presunto antisemitismo.
Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que la oferta era un enfoque proactivo para dar forma a la política en los campus de Estados Unidos, incluso mientras el gobierno continúa con sus empeños para que se aplique.
Trump dijo el domingo que las universidades que firmen ayudarán a traer consigo “la Edad de Oro de la excelencia académica en la educación superior”. En declaraciones en su plataforma Truth Social, indicó que reformaría universidades que “ahora corrompen a nuestra juventud y sociedad con ideología progresista, socialista y antiestadounidense".
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.